Éste es un extracto de un discurso pronunciado por el director general de Cultural Infusion, Peter Mousaferiadis, con motivo de la 1ª Conferencia Internacional sobre Bienestar Emocional, celebrada en Mauricio del 19 al 22 de julio de 2023.
Dra. Ameenah Sorefan, Profesor Serge Riviere, Profesor Drona Rasali, Profesor Jeeawody, distinguidos miembros del consejo, invitados y queridos amigos, gracias por esta oportunidad de hablaros a todos sobre un tema muy cercano a mi corazón y a mi experiencia vital.
Me llamo Peter Mousaferiadis y hago esta presentación desde la tierra del pueblo Wurundjeri, en Melbourne, Australia.
Soy el Fundador y Director General de una empresa cultural llamada Infusión Cultural, cuya visión es ayudar a crear un mundo culturalmente armonioso. También soy observador oficial y miembro del grupo de trabajo de la Convención de la UNESCO sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de 2005.
La cultura, una fuerza poderosa
¿Por qué era tan importante para mí ayudar a crear un mundo culturalmente armonioso? Porque comprendí lo poderosa que es la cultura. Esto hablaba de la importancia de la cultura en mi propia vida, incluida mi formación y mis estudios de música y religión, que han sido una fuente constante de inspiración, energía y renovación.
La cultura -que defino aquí como las formas de vida de un grupo concreto de personas, incluidos los conocimientos, valores, costumbres y objetos físicos compartidos- está entrelazada con nuestra humanidad.
En 2022, la UNESCO convocó una Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible denominada Modiacult. La conferencia señaló un cambio en la relación entre cultura y desarrollo y ofreció las siguientes perspectivas:
– La cultura puede luchar contra el cambio climático (piensa en la sostenibilidad de los sistemas de conocimiento indígenas)
– Lo digital debe ser ético.
A menudo cito al autor Richard Powers, que dijo: «La vida [since globalisation] es sencillamente demasiado compleja e interdependiente para que podamos envolvernos la cabeza sin la ayuda de nuestras prótesis mecánicas». Muchas personas bienintencionadas piensan que la tecnología es una palabra sucia, pero no podemos permitirnos dejar el avance tecnológico en manos de unas pocas personas con sede en Silicon Valley o en otros pocos centros tecnológicos repartidos por todo el mundo. No podemos dejar que esto ocurra sin control o moldearán a su imagen nuestro mundo virtual, que cada vez es más indistinguible de nuestro mundo real. La tecnología necesita desarrolladores diversos.
Vuelve a las ideas de Mondiacult:
– Los objetos culturales deben ser devueltos.
– La cultura es un bien global. Mondiacult afirmó que hay que proteger las diversas culturas.
– La cultura es un objetivo de desarrollo en sí mismo.
Añadiré a esto que la cultura es conocida por ser:
– un motor del desarrollo sostenible;
– erradicador de la pobreza;
– una clave para una educación de calidad (piénsalo un momento: un estudio reciente ha demostrado que los estudiantes angloaustralianos están por detrás de sus compañeros multilingües en conocimientos de inglés)
– una clave para construir comunidades pacíficas, cohesionadas y tolerantes, y
– un motor de innovación. El conocimiento se basa en la diversificación de las ideas, así que ¿qué mejor forma de innovar que aunando diversas perspectivas?
Detengámonos un momento en esto antes de considerar que la cultura también es un arma de doble filo.
Según la UNESCO, el 75% de los grandes conflictos que tenemos en el mundo tiene una dimensión cultural. Y según el Índice de Paz Global 2022, el coste de los conflictos en el mundo equivale a casi el 14% del PIB mundial. No cuesta mucho deducir que el mundo gasta más de 10 billones de dólares al año en hacer frente a conflictos que tienen una dimensión cultural. Piénsalo un momento. Diez billones de dólares gastados en hacer frente a un conflicto que tiene una dimensión cultural.
Desde la década de 1960 hemos asistido al auge de la política de la identidad. La World Wide Web se desarrolló en 1989, y a partir de 2005 asistimos a un rápido auge de los medios sociales. En cierto modo, estos dos últimos han alimentado la política de identidad, llevando a la polarización del discurso público y a la ridiculización y deshumanización de grupos culturales enteros. Vivimos en un mundo superdiverso en el que la WWW y las redes sociales han permitido que el pensamiento extremista se comparta instantáneamente en todo el mundo con personas de ideas afines.
Lo que estamos viendo es una ruptura de la visión de la inclusividad y la cohesión en la sociedad. Las identidades se dividen en «nosotros y ellos», en lugar de incluir a todos en el «nosotros».
El difunto gran historiador australiano Patrick Wolfe escribió que «paradójicamente, homogeneizar es dividir». Las divisiones de nuestras sociedades son causa directa de sistemas deshumanizadores que han creado amplias categorías artificiales no basadas en la cultura, sino en la conveniencia. Esto puede verse, por ejemplo, en los censos nacionales. El Censo de EEUU ha informado de que «en 2000 y en 2010, la población de Alguna Otra Raza (SOR), que pretendía ser una pequeña categoría residual, era el tercer grupo racial más numeroso».
Nuestra plataforma de datos y equidad Diversity Atlas no incluye la raza en sus conjuntos de datos porque la raza no es un concepto útil. En cambio, incluye todas las etnias, lenguas, tradiciones seculares y no seculares conocidas y otros elementos importantes de la identidad, que suman más de 42.000 atributos humanos. Este es el nivel de detalle granular necesario en el mundo actual, que permite que cada persona sea reconocida e incluida.
Bienestar y diversidad cultural
Nuestro bienestar como humanos es inextricable del bienestar de nuestro entorno humano y no humano. Sin duda, este bienestar sólo puede lograrse centrando mucho más la atención en el otro, en los demás, y en compartir y cuidar.
La diversidad cultural es tan importante para nuestro bienestar como la biodiversidad. En otras palabras, ha llegado el momento de que salgamos de la era económica actual y entremos en una era cultural futura, en la que la creciente mezcla de personas con visiones del mundo, valores, sistemas de valores, costumbres y creencias enormemente diferentes resulte ser una bendición universal en lugar de una maldición diabólica.
En 2015, nuestra organización emprendió el viaje para comprender mejor la diversidad cultural. Hasta ese momento, la diversidad cultural estaba mal definida, se había descuidado analíticamente y necesitaba una comprensión sólida. Tras más de 300 revisiones bibliográficas y la reunión de un equipo de expertos en la materia procedentes de diversas disciplinas, llegamos a una definición de diversidad cultural y la desglosamos en cuatro pilares distintos. País de nacimiento retrocediendo 3 generaciones, con qué culturas y grupos ancestrales se identifica uno, con qué tradiciones seculares y no seculares se identifica uno y qué lenguas/comunidades lingüísticas o variaciones habla uno.
En las conversaciones que están teniendo lugar en la Conferencia sobre Bienestar Emocional me gustaría que pensaras hasta qué punto la cultura, la etnia y la religión pueden influir significativamente en el bienestar emocional, dando forma a cómo las personas perciben, experimentan y expresan sus emociones.
Cómo influyen la cultura, la etnia y la religión en el bienestar emocional
La intersección de la cultura, la etnia y la religión con el bienestar emocional es compleja y polifacética. No todos los individuos de un grupo cultural o religioso concreto experimentarán las emociones de la misma manera, ya que las experiencias personales, la educación y las diferencias individuales también desempeñan un papel importante en la configuración del bienestar emocional. Además, estas influencias pueden variar entre generaciones y pueden evolucionar con el tiempo a medida que cambian las sociedades y las normas culturales. Comprender y respetar estas intersecciones es crucial para prestar un apoyo eficaz y promover el bienestar emocional en comunidades diversas.
Expresión y supresión emocional
Las distintas culturas y etnias pueden fomentar o desalentar determinadas expresiones emocionales. Por ejemplo, algunas culturas pueden valorar la contención emocional y fomentar la supresión de las emociones negativas, mientras que otras pueden fomentar las muestras abiertas de emoción. La medida en que las emociones se expresan abiertamente o se reprimen puede repercutir en el bienestar emocional de una persona.
Normas y expectativas emocionales
Las culturas suelen tener normas y expectativas específicas en torno al comportamiento emocional. Estas normas pueden dictar respuestas emocionales adecuadas a diversas situaciones, como la pena, la alegría, la ira o el amor. El incumplimiento de estas expectativas culturales puede provocar conflictos internos y angustia emocional.
Sistemas de apoyo social
La cultura y la etnia pueden influir en la disponibilidad y la naturaleza de las redes de apoyo social. Un fuerte apoyo social es crucial para el bienestar emocional, y las distintas comunidades culturales o religiosas pueden proporcionar distintos grados de apoyo en los momentos difíciles.
Mecanismos de afrontamiento
Las creencias culturales y religiosas pueden configurar los mecanismos de afrontamiento que utilizan las personas para enfrentarse al estrés y a la adversidad. Por ejemplo, algunas personas pueden recurrir a la oración o a la meditación como estrategias de afrontamiento, mientras que otras pueden confiar en reuniones comunitarias o rituales.
Estigma y salud mental
Las actitudes culturales hacia la salud mental y la búsqueda de ayuda profesional pueden influir significativamente en el bienestar emocional. En algunas culturas, los problemas de salud mental pueden conllevar un estigma, por lo que es menos probable que las personas busquen apoyo o tratamiento, lo que puede afectar negativamente a su salud emocional.
Identidad y pertenencia
La cultura y la etnia son componentes integrales de la identidad de una persona. Un fuerte sentido de identidad cultural y pertenencia puede influir positivamente en el bienestar emocional, proporcionando un sentido de finalidad, significado y conexión.
Afrontamiento religioso
Para las personas que se adhieren a una religión concreta, las creencias y prácticas religiosas pueden ser una fuente de consuelo y orientación en momentos difíciles. El afrontamiento religioso puede influir positivamente en el bienestar emocional al proporcionar una sensación de esperanza, significado y apoyo espiritual.
Diversidad cultural y bienestar emocional
Si comprendemos mejor al otro y, en particular, las métricas que componen la diversidad cultural, que incluyen la variedad, el equilibrio, la disparidad y la mutualidad, podremos trabajar para avanzar en la comprensión y las repercusiones del bienestar emocional hacia sociedades florecientes.
La cultura es general y subyacente. Cada sociedad tiene una cultura. Una forma de pensar. Una forma de comportarse. Normas sociales. Todo ello guía a la sociedad. Si quieres que se produzca un cambio social, tienes que cambiar la cultura; en otras palabras, el cambio social está incrustado en el cambio cultural.
Por último, me gustaría dar las gracias a Sundram Sivamalai y al comité organizador del Instituto de Bienestar Emocional por la oportunidad de contribuir a esta conferencia.
Peter Mousaferiadis
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